El pasado día 31 de agosto, unos 20 amantes de la aventura nos trasladamos a Monachil, con la intención de pasar un día formidable entre amigos de Roquetas de Mar, Motril, Salobreña y Vélez de Benaudalla, para recorrer uno de los parajes más formidables de la provincia de Granada.
Cascadas enormes de agua, puentes colgantes que a más de uno y una les daba que pensarse si cruzarlos o no, salientes de rocas que había que pasar agarrándose a las asas que había dispuestas para poder salvar la dificultad, pasos a gatas bajo piedras inmensas, la Cueva de las Palomas espectacular.
En definitiva, un recorrido en mitad de la naturaleza, lleno de obstáculos,. que nos dan la impresión de estar realizando una gymkana en un paraje incomparable.
A mitad del recorrido, hicimos una parada para reponer fuerzas con un buen bocata de jamón con tomate, un refresco fresquito y una fruta. En ese momento la convivencia ya era total entre todos los asistentes.
A la vuelta, después de venir todos acalorados, alguno se atrevió a meterse hasta la cintura en una de las pequeñas balsas que había dispuestas para tal fin, otros se conformaron con simplemente mojarse los pies y algún osado, incluso se lanzó a meterse bajo una pequeña cascada que hacia cortar la respiración de la baja temperatura que el agua traía de la sierra.
Sin lugar a dudas, ese fue uno de los momentos más especiales y de mayor unión del grupo.
Después de un buen rato remojándonos, decidimos proseguir la marcha volviendo a tener que salvar de nuevo los mismos obstáculos anteriores y reservando para el final una de las zonas más bonitas del recorrido, los Cahorros Bajos, zona escarpada llena de escaleras que nos llevan a pasar por varios puentes colgantes más, escuchando el ruido del agua al caer por las innumerables cascadas que hay.
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